Hace unos cuantos días, un antiguo compañero y amigo de fatigas en esto de la informática me planteaba una pregunta muy interesante en una conversación a traves de Twitter:
Imagina que es ahora cuando el boom de la informática se dispara. Gestionarias tú a los recursos e implantarías qué modelo? :)
Desde luego, la pregunta se las trae, sobre todo porque no puedo ser totalmente imparcial en mi respuesta ya que ambos hemos vivido en primera mano lo que muy inteligentemente otro gran amigo mio definió como la desintegración de la informática. Toda esta conversación viene al hilo de un magnifico regalo de reyes como es el libro El principito se pone la corbata de Borja Vilaseca, de cuya lectura he disfrutado plenamente, y cuya trama principal se vertebra en las relaciones entre los empleados de una consultora donde todo cambia radicalmente tras la llegada de el Principito como nuevo director de recursos humanos, o mejor dicho responsable de personas y valores de la organización.
Voy a partir de la hipotesis de que efectivamente no conozco el futuro, es decir, soy el director de recursos humanos de una consultora donde se esta viviendo el pelotazo de eso que se llama informática, y de la cual no tengo ni la mas remota idea, es decir, no dispongo de formación en ese área ni tengo conocimientos previos para trabajar como informático. Es época de bonanza, totalmente distinta a lo que estamos viviendo ahora mismo, y los proyectos nuevos llueven, mis principales clientes invierten en nuevos desarrollos y servicios, y el departamento comercial de mi empresa no para de generar beneficios, aun cuando a veces no saben ni lo que puñetas esten vendiendo, y por tanto los marrones que estan encargando a sus empleados desarrollar. Creo que es un punto de partida lamentablemente realista.
Mi primera decisión vendría motividada por mi ignorancia, quiero decir, si veo que los que estan generando beneficios para mi empresa son mis comerciales, es más que razonable que retenga el talento de ese departamento. Mejoraria sus condiciones laborales y entre otras medidas complementaria su salario en base a incentivos, y pactaría su subida en relación al grado de beneficios que han aportado cada año. Incluso podria llegar a plantearles la posibilidad de trabajar un dia en remoto desde sus casas (seria un director de recursos humanos moderno para aquella epoca, pero es que leo mucho). Hasta ahi, todo normal, no es muy distinto de lo que se ha vivido. El problema empieza cuando me llegan las primeras quejas de empleados de la compañia que no pertenecen al departamento de ventas, marketing tambien quiere su parte del pastel, a fin de cuentas, estan siempre sacando notas de prensa, mejorando la imagen de la compañia, etc. y generando de forma proactiva beneficios. Soy un director de recursos humanos humano, valga la redundancia, y entiendo que tambien me estan aportando beneficios, con lo que negocio tambien mejoras laborales con ellos en la linea de las anteriores.
Todo controlado, los incentivos y sueldos que salen por los beneficios que llegan, además es época de bonanza, entra más dinero del que sale, y supongamos que tengo bien gestionadas partidas presupuestarias destinadas a viajes y otras áreas relacionadas. Ninguno de mis superiores me protesta, esta entrando dinero y todo va bien, ese año regalamos una cesta de Navidad con un jamón.
De repente, mis cuentas van variando, cada vez sale más dinero, los beneficios van bajando, (sin invertirse aún la balanza) y adicionalmente, me van llegando peticiones de responsables de proyecto para contratar a personal. El volumen de proyectos a ejecutar cada vez es mayor, los comerciales continuan haciendo su trabajo, y es lógico que hay que introducir personal nuevo para afrontar este volumen de trabajo. Además, cada vez van entrando más proyectos de outsourcing con necesidades muy particulares, que hay que sacar adelante, por lo que vamos realizando nuevos contratos por obra y servicio para ejecutarlos, si puede ser con periodo en practicas bajo una fundación mejor, así continuo teniendo controlada la partida presupuestaria de este año.
Pasa el tiempo, y tanto mi departamento comercial, como marketing continuan más motivados que nunca, son unos profesionales y van introduciendo más y más beneficios. Sin embargo me llueven nuevas quejas, en este caso de personal responsable del desarrollo y ejecución de proyectos. Un equipo de trabajo entero se ha tenido que quedar trabajando el fin de semana completo. Los ánimos estan algo crispados, el proyecto de ese equipo no marcha como debería y se dan algunas bajas. El cliente a su vez esta cada vez mas descontento de nuestro servicio, no obtiene lo que espera en el plazo establecido, y tiene la sensación de que la empresa no sabe gestionar un proyecto como el que les ha encargado. Hay que exigir más compromiso o perdemos una fuente de ingresos. En poco tiempo más, esta situación se multiplica y ya no es solo un proyecto, sino el 40% del total de proyectos de la compañia. Muchos se van con el motivo de que no se reconoce su trabajo, cobran poco y para colmo no le pagan las horas extras. Ese año no hay jamón por Navidades.
Conforme los años pasan las cosas van cada vez peor, mis empleados me exigen más, tengo que afrontar planes de formación realistas, la competencia es feroz, las tecnologías van cambiando y tengo que formar a mis empleados o sino mi departamento comercial no podrá afrontar nuevos proyectos ya que no dispone de personal cualificado, y si afronta estos proyectos, ultima salida cuando no queda otra, al final tendremos más clientes descontentos con el resultado final. Además, uno de mis clientes estratégicos recorta su presupuesto y cada vez es más dificil sacar nuevos proyectos y por tanto mis beneficios se ven reducidos, a pesar de que tanto mis comerciales como marketing estan más motivados que nunca, ellos no paran de intentar sacar nuevos clientes, nuevos proyectos, y van de reunión en reunión día a día, navegando entre mil plataformas de contratación distintas, están al 200%. Menos mal que tenemos más clientes, sino no se que seria de esta empresa si solo tenemos que respaldarnos en uno que cada año va a limitar más el número de proyectos a ejecutar. Es aqui donde comienza el caos, mis jefes, directivos de la compañia, y sus inversores principales me piden explicaciones y me exigen recortes y despidos de aquellos que no aporten beneficios. El resto ya lo sabemos todos. Por cierto, ya no hay regalos por Navidad.
Esta es mi respuesta partiendo de la hipótesis planteada, no nos engañemos, no hay otra respuesta. He actuado como actuaria cualquier otro en mi situación, premiando al que se lo merece. Pero ese ha sido mi gran error. ¿Que ha pasado con todo el talento que se ha ido? ¿Por que me sorprendo cuando me llegan comentarios de que hay empleados de mi empresa que están buscando otro sitio donde trabajar? ¿Por que no me he parado a pensar en ellos y en el retener su talento? ¿Por que a fin de cuentas no he motivado a todos los empleados de mi empresa, en lugar de vincularme solo a un sector especifico de la misma? ¿Por que hay empleados de mi empresa que ni conozco? ¿Por que no se han comprometido con la situación que estamos viviendo?
Ese es el quid de la cuestión, que el compromiso a cambio de nada se llama cinismo, y que como bien dices amigo nadie es tonto. Compromiso a cambio de compartir el éxito entre todos. Soluciones: como bien dices un modelo plano basado en objetivos para todos es lo más idóneo, se continua con la politica de beneficios para comerciales, marketing, etc. y se introducen nuevas herramientas de medir la productividad de los empleados, grado de satisfacción de clientes, iniciativas impulsadas en la empresa, participación en proyectos estrategicos, redacción de ofertas, etc. que impulsen sus mejoras laborales y que por tanto incrementen el grado de motivación y retención del talento. Un desarrollo equitativo entre esfuerzo y recompensa para todos.
Tres notas aclaratorias. La primera de ellas es que por mi parte no responsabilizo a los técnicos de recursos humanos, es cierto que son victimas tambien, y creo que el problema viene de quienes les han impuesto decisiones en ocasiones poco acertadas. Para mi son unos sufridores y unos profesionales que como nadie pudieron preveer esta situación. La segunda de las anotaciones es que a pesar de que ahora las cosas estan muy mal, las empresas IT sabremos reinventarnos. Solo espero que tengamos todos la lección bien aprendida para la próxima. La tercera y ultima, el titulo de este post, 'don't call us, we'll call you', una filosofia que creo que deberia aplicarse dentro del área de recursos humanos de cualquier empresa: 'No vengas a solicitarme mejoras laborales, ya te las proporcionare yo', es decir, motiva a tus trabajadores de forma proactiva y no reactiva.
Mi primera decisión vendría motividada por mi ignorancia, quiero decir, si veo que los que estan generando beneficios para mi empresa son mis comerciales, es más que razonable que retenga el talento de ese departamento. Mejoraria sus condiciones laborales y entre otras medidas complementaria su salario en base a incentivos, y pactaría su subida en relación al grado de beneficios que han aportado cada año. Incluso podria llegar a plantearles la posibilidad de trabajar un dia en remoto desde sus casas (seria un director de recursos humanos moderno para aquella epoca, pero es que leo mucho). Hasta ahi, todo normal, no es muy distinto de lo que se ha vivido. El problema empieza cuando me llegan las primeras quejas de empleados de la compañia que no pertenecen al departamento de ventas, marketing tambien quiere su parte del pastel, a fin de cuentas, estan siempre sacando notas de prensa, mejorando la imagen de la compañia, etc. y generando de forma proactiva beneficios. Soy un director de recursos humanos humano, valga la redundancia, y entiendo que tambien me estan aportando beneficios, con lo que negocio tambien mejoras laborales con ellos en la linea de las anteriores.
Todo controlado, los incentivos y sueldos que salen por los beneficios que llegan, además es época de bonanza, entra más dinero del que sale, y supongamos que tengo bien gestionadas partidas presupuestarias destinadas a viajes y otras áreas relacionadas. Ninguno de mis superiores me protesta, esta entrando dinero y todo va bien, ese año regalamos una cesta de Navidad con un jamón.
De repente, mis cuentas van variando, cada vez sale más dinero, los beneficios van bajando, (sin invertirse aún la balanza) y adicionalmente, me van llegando peticiones de responsables de proyecto para contratar a personal. El volumen de proyectos a ejecutar cada vez es mayor, los comerciales continuan haciendo su trabajo, y es lógico que hay que introducir personal nuevo para afrontar este volumen de trabajo. Además, cada vez van entrando más proyectos de outsourcing con necesidades muy particulares, que hay que sacar adelante, por lo que vamos realizando nuevos contratos por obra y servicio para ejecutarlos, si puede ser con periodo en practicas bajo una fundación mejor, así continuo teniendo controlada la partida presupuestaria de este año.
Pasa el tiempo, y tanto mi departamento comercial, como marketing continuan más motivados que nunca, son unos profesionales y van introduciendo más y más beneficios. Sin embargo me llueven nuevas quejas, en este caso de personal responsable del desarrollo y ejecución de proyectos. Un equipo de trabajo entero se ha tenido que quedar trabajando el fin de semana completo. Los ánimos estan algo crispados, el proyecto de ese equipo no marcha como debería y se dan algunas bajas. El cliente a su vez esta cada vez mas descontento de nuestro servicio, no obtiene lo que espera en el plazo establecido, y tiene la sensación de que la empresa no sabe gestionar un proyecto como el que les ha encargado. Hay que exigir más compromiso o perdemos una fuente de ingresos. En poco tiempo más, esta situación se multiplica y ya no es solo un proyecto, sino el 40% del total de proyectos de la compañia. Muchos se van con el motivo de que no se reconoce su trabajo, cobran poco y para colmo no le pagan las horas extras. Ese año no hay jamón por Navidades.
Conforme los años pasan las cosas van cada vez peor, mis empleados me exigen más, tengo que afrontar planes de formación realistas, la competencia es feroz, las tecnologías van cambiando y tengo que formar a mis empleados o sino mi departamento comercial no podrá afrontar nuevos proyectos ya que no dispone de personal cualificado, y si afronta estos proyectos, ultima salida cuando no queda otra, al final tendremos más clientes descontentos con el resultado final. Además, uno de mis clientes estratégicos recorta su presupuesto y cada vez es más dificil sacar nuevos proyectos y por tanto mis beneficios se ven reducidos, a pesar de que tanto mis comerciales como marketing estan más motivados que nunca, ellos no paran de intentar sacar nuevos clientes, nuevos proyectos, y van de reunión en reunión día a día, navegando entre mil plataformas de contratación distintas, están al 200%. Menos mal que tenemos más clientes, sino no se que seria de esta empresa si solo tenemos que respaldarnos en uno que cada año va a limitar más el número de proyectos a ejecutar. Es aqui donde comienza el caos, mis jefes, directivos de la compañia, y sus inversores principales me piden explicaciones y me exigen recortes y despidos de aquellos que no aporten beneficios. El resto ya lo sabemos todos. Por cierto, ya no hay regalos por Navidad.
Esta es mi respuesta partiendo de la hipótesis planteada, no nos engañemos, no hay otra respuesta. He actuado como actuaria cualquier otro en mi situación, premiando al que se lo merece. Pero ese ha sido mi gran error. ¿Que ha pasado con todo el talento que se ha ido? ¿Por que me sorprendo cuando me llegan comentarios de que hay empleados de mi empresa que están buscando otro sitio donde trabajar? ¿Por que no me he parado a pensar en ellos y en el retener su talento? ¿Por que a fin de cuentas no he motivado a todos los empleados de mi empresa, en lugar de vincularme solo a un sector especifico de la misma? ¿Por que hay empleados de mi empresa que ni conozco? ¿Por que no se han comprometido con la situación que estamos viviendo?
Ese es el quid de la cuestión, que el compromiso a cambio de nada se llama cinismo, y que como bien dices amigo nadie es tonto. Compromiso a cambio de compartir el éxito entre todos. Soluciones: como bien dices un modelo plano basado en objetivos para todos es lo más idóneo, se continua con la politica de beneficios para comerciales, marketing, etc. y se introducen nuevas herramientas de medir la productividad de los empleados, grado de satisfacción de clientes, iniciativas impulsadas en la empresa, participación en proyectos estrategicos, redacción de ofertas, etc. que impulsen sus mejoras laborales y que por tanto incrementen el grado de motivación y retención del talento. Un desarrollo equitativo entre esfuerzo y recompensa para todos.
Tres notas aclaratorias. La primera de ellas es que por mi parte no responsabilizo a los técnicos de recursos humanos, es cierto que son victimas tambien, y creo que el problema viene de quienes les han impuesto decisiones en ocasiones poco acertadas. Para mi son unos sufridores y unos profesionales que como nadie pudieron preveer esta situación. La segunda de las anotaciones es que a pesar de que ahora las cosas estan muy mal, las empresas IT sabremos reinventarnos. Solo espero que tengamos todos la lección bien aprendida para la próxima. La tercera y ultima, el titulo de este post, 'don't call us, we'll call you', una filosofia que creo que deberia aplicarse dentro del área de recursos humanos de cualquier empresa: 'No vengas a solicitarme mejoras laborales, ya te las proporcionare yo', es decir, motiva a tus trabajadores de forma proactiva y no reactiva.
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