Voota es la referencia

jueves, 10 de marzo de 2011 2 comentarios
Hoy voy a hacer una reseña de un gran proyecto que para mi es todo un referente dentro del contexto de iniciativas Open Government. Estoy hablando de Voota, un proyecto cuya finalidad es fomentar la participación ciudadana, en este caso a través de una herramienta 2.0. 


En Voota puedes desde emitir un voto a favor o en contra de alguna de las propuestas que se debaten dentro de la plataforma, hasta gestionar desde cero un proceso electoral, ver el grado de alineamiento entre propuestas emitidas por partidos politicos y opiniones de la ciudadania a las mismas, clasificar resultados en base a tags, etc. Pero para mi, lo mejor de Voota es que es una iniciativa sin animo de lucro, no dirigida y/o financiada por ningún organismo gubernamental. Es la participación ciudadana en su máximo exponente. Y eso es lo que la convierte en referencia. Os animo a que la probéis.


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Competencias y titulitis

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Partamos de la base de que no poseo ninguna experiencia relacionada con la orientación laboral y/o profesional y existe una probabilidad muy alta de que los especialistas del tema que lean este post detecten muchísimos errores de facto. Por favor, reportadlos.

Hace ya algún tiempo durante mis estudios en Cádiz, trabaje como orientador universitario mediante una beca de apoyo a mi formación. Recuerdo que alguna que otra vez tuve que lidiar con algunos chavales que venían al servicio de acceso y orientación de la universidad acompañados de sus madres, aunque en realidad eran las madres las que venían acompañadas de sus hijos, a preguntar qué carrera universitaria y que itinerario debían seguir sus hijos para que tuvieran un trabajo de por vida. Siempre que me hacían esa pregunta me decía para mi mismo "lo voy a sentir, pero la bola de cristal se me ha roto, ojala pudiera responderte", pero como eso no podía decirlo, pasaba a explicarle el abanico de posibilidades laborales que disponía el catalogo de titulaciones de la universidad y que la decisión de qué estudiar y cómo estudiarlo la debía tomar su hijo, el cual habitualmente no hacia ni puñetero caso. También tuve otras experiencias más interesantes, como interesados en el acceso a la universidad para mayores de 25 años, aula de mayores, etc. pero hoy me quiero centrar en el caso que he descrito.

Entiendo que esa orientación parental de dedicación a los estudios es inevitable. Tus padres siempre quieren lo mejor para ti y dedicaran todos sus esfuerzos y sacrificios para que obtengas una formación que en un futuro pueda abrirte el mayor numero de puertas posibles dentro del mercado laboral al que sus hijos se tendrán que enfrentar en unos años. Además, la madurez de un chaval que va a acceder a la universidad en aquellos tiempos ya era algo cuestionable, ahora en nuestros dias ya ni te cuento, asi que cada vez se hace desde mi punto de vista mas que necesaria esa labor por parte de los padres, los cuales a veces tienden a pensar que esa responsabilidad recae erroneamente en los profesores de sus hijos.

El caso es que al hilo de un debate bastante interesante publicado en el Facebook de la Consejeria de Empleo, referenciando a un artículo de El País titulado: Quitarse méritos en el curriculo abre puertas, y recordando también una interesante mesa de trabajo del programa de RTVE Para todos la 2, donde se debatia la sobrecalificación de los trabajadores, yo me pregunto varias cosas:

¿Es la sobrecalificación un problema?

Somos el país de la UE con mayor tasa de empleados sobrecalificados, y también el que mayor tasa de paro tiene, y al parecer tal y como se comenta en varios foros de los anteriormente mencionados, quitarse méritos en el currículo es la alternativa a la hora de obtener un puesto de trabajo, así que la experiencia actual nos indica que el problema radica ahí. Yo creo que como siempre, los arboles no te permiten ver el bosque. Quiero decir con esto que me parece una absoluta majaderia poner el foco en la sobrecalificación de los trabajadores para encontrar la raiz del problema. Como comente antes, la orientación parental, asi como otras, ha dictaminado, a veces a medio camino del borregismo, como si de pastores de un rebaño de ovejas se tratase, la formación de la gente, sin que estos se planteen qué quieren hacer con sus vidas, qué acciones formativas tienen que llevar a cabo para llegar al puesto de trabajo que más les atraiga, y qué nivel de estudios es el necesario para llegar a él. Sin embargo, esta orientación se hace como digo también cada vez más y más necesaria, quizás con el objetivo equivocado de encontrar trabajo fijo de por vida, cosa que roza el imposible en nuestros dias, pero si con el objetivo bien encaminado de completar una realización personal y profesional de una persona, y no dejar a la persona a la deriva.

¿Es necesaria la orientación?

Por supuesto, y de todo tipo, la parental y la profesional a todos los niveles. Como digo, no hay que dejar a las personas a la deriva. Cuando un chaval recién terminados sus estudios de secundaria va a acceder a estudios superiores que definirán su futuro profesional, en la mayoría de los casos, puede que no tenga el suficiente nivel de madurez para efectuar todas las acciones que se solicitan por parte de los orientadores a día de hoy para no caer en la frustración de no obtener un puesto de trabajo deseado años más tarde y verse sobrecualificado haciendo un trabajo donde los requisitos de acceso eran mínimos. Es por eso que el empuje de todos, incluido de sus padres, es fundamental. 

¿Qué hacer?

Mi opinión: no quitarse méritos del currículo jamás y formarse, no solo a nivel profesional, sin tender a caer en la
titulitis, sino también a otros niveles, formándote en competencias adicionales que son igual de importantes que las profesionales, como tu capacidad de relacionarte socialmente, tus capacidades de organización, liderazgo, etc. Conozco a muchos compañeros de trabajo que no han terminado aún sus estudios universitarios y son mil veces más valiosos en sus trabajos que otros que acumulan títulos, y es porque han sido personas proactivas que han sido capaces de formarse en esas otras facetas de la vida que no se incluyen en ningún catalogo universitario oficial. 

El problema en mi opinión radica en que la sociedad en la que vivimos en nuestro país esta total y absolutamente desfasada y alejada del resto de paises de la unión. Abundan buenos trabajadores sobrecualificados tanto a nivel de titulaciones, masters, doctorados, etc. como a nivel de capacitación personal. Lo que no abunda es gente que crea en ellos, ni a nivel privado ni a nivel público. Castigar la sobrecualificación a todos los niveles con la infracualificación de quienes no saben valorarla es un disparate. ¿Saben ustedes para que vale por ejemplo un doctorado en España dentro del mercado laboral, excluyendo apostar por realizar una carrera académica? para nada. ¿No es lamentable llegar al máximo grado posible al que puede optar un estudiante universitario y ver que no te abre ninguna puerta? ¿Saben lo valioso que es un doctorado en el resto de Europa?. Después nos llevamos las manos a la cabeza porque sufrimos una fuga de cerebros, pero es total y absolutamente lógica. La gente quiere trabajar, pero los que mueven la sociedad tienen miedo de apostar por gente mas cualificada que ellos. Contratos basura, requisitos imposibles, explotación, y sueldos ruinosos, esas son sus armas. Mientras, nos marean, aborregan, y aburguesan, pidiéndonos que nos olvidemos de nuestra dignidad quitándonos méritos, porque al fin y al cabo, algo nos movió a obtenerlos y ese algo partió de una buena premisa, tener un futuro mejor.


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